Con esta pieza aprendí que en la orfebrería (y en la vida?), los imprevistos se aceptan y se ponen a favor de uno.
Cuando fundi la placa para hacer esta pieza, me quedó una burbuja de aire. Decidí trabajar con la placa de todos modos, y al laminarla, quedó ese hueco en el centro, que se me pareció al corte de algún cuarzo, como esta piedra, algo así.
El reticulado es la técnica que hace que la pieza tenga esa textura. Se logra recociendo (quemando) y capando (poniendola en ácido) muchas veces, hasta que se le salgan esas que parecen burbujas.
Me falta ponerle una piedra que se vea a través del orificio, como para acentuar el cuento de la piedra.
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